A propósito del percance sufrido en la comuna de Providencia cuando se realizó el cambio de nombre de la calle “11 de Septiembre” a “Nueva Providencia”, en el cuál en muchos letreros decía “Nueva Proidencia (sin V)”, me surgió la siguiente inquietud: ¿Quién y cómo se decide el nombre de las nuevas calles que constantemente se crean en las distintas localidades del País? Y sin tener clara la respuesta, pienso que debiera ser la gente… si, la gente. ¿Cómo? Las distintas municipalidades podrían “subastar” los nombres de las nuevas calles, ya sea a través de una plataforma web, en juntas vecinales o cualquier otro mecanismo seguro y confiable. ¿Que se gana con esto? Primero que todo mayores recursos para la municipalidad, los cuales podrían ser invertidos, por ejemplo, en educación; segundo, una mayor participación ciudadana, lo que trae como beneficio potenciar el sentido de pertenencia y compromiso con tu barrio, entre otras cosas.