que en las sedes vecinales haya un representante del estado (asistente social) que cumpla la labor de acercar todas aquellas instancias que favorezcan a la comunidad, sean proyectos a postular, información relevante para la comunidad que no alcanza a llegar a los posibles beneficiarios. Que el asistente social sea un gestor de proyectos con la comunidad y un facilitador. De esta forma se acercan las instancias participativas que genera el estado y que no llegan a las poblaciones. Me imagino una sede vecinal no solo para reuniones, sino un lugar lleno de actividades, talleres, libros, computadores y proyectos ambientales, culturales, niños, madres, padres y abuelitos participando. Del mismo modo este proyecto serviría para solucionar el gran problema que estamos teniendo, generando trabajo para la sobre población de asistentes sociales que el “mercado” educacional no ha controlado.