Los políticos ocupan gran parte de su tiempo y energías en analizar sus conveniencias y las de sus partidos, lo que hace que descuiden el interés y bienestar de los ciudadanos. Como buen ejemplo de esto es el sistema de transporte del Gran Santiago, una serie de malos diseños tienen inmersos a muchos Santiaguinos en un calvario que deben vivir a diario y que impacta fuertemente en su calidad de vida. Este sistema de transporte tiene aspectos buenos y otros definitivamente muy malos, el gobierno ha tratado de mejorarlo, sin embargo un diseño malo y una ciudad colapsada requiere medidas que van más allá de un mero maquillaje. El problema es complejo y yo no soy un especialista al respecto, solo soy un usuario más del sistema que veo a diario como las personas viven parte importante de su tiempo y de sus vidas apretados como sardinas en lata para llegar a sus trabajos y hogares. El viaje en metro, específicamente en la línea 1, es realmente desagradable dada la alta congestión