Los niños de hogares de menores no sólo son pobres, sino además carecen de familia que los impulse y los ayude a estudiar. Todos los años, muchos niños desertan del colegio, y al no estar estudiando no sólo no forjan ningún futuro, y en Chile son expulsados de los hogares apenas cumplen los 18 años.
Un niño con familia y con recursos cuenta normalmente con la ayuda de un hermano mayor o un profesor particular para sacar adelante los ramos más difíciles. Existen voluntarios que asisten a algunos niños en los hogares, pero no son suficientes ni están obligados a hacer un trabajo profesional o metódico que dé resultados reales.
Mi idea: Que las universidades exijan una práctica obligatoria de todos sus estudiantes de Pedagogía en el servicio social (hogares de menores y colegios en riesgo social). SI cada estudiante de Pedagogía de Chile se hiciera cargo por unos meses de un niño determinado, lo estarían ayudando a salir adelante con casi lo único y más import