Si no existe educación de calidad y al alcance de todos, con un estado que se haga cargo de ésta como derecho humano (tal como funciona en los países de más alto IDH), es imposible que se logre superar la pobreza, ya que la educación de mercado genera segregación.
Con una reforma tributaria que logre una recaudación suficiente para financiar desde la educación preescolar hasta la educación superior y con más aportes basales y nuevas políticas de integración para el desarrollo de ideas y proyectos, Chile comenzaría a experimentar bajas en el % de pobreza, únicamente si sumado a ésto se mejores las leyes de protección social, los sueldos mínimos y se cree un nuevo código laboral que no sólo le de resguardo y protección a los trabajadores, sino que además les permita negociar en conjunto con las empresas que les dan trabajo (actualmente sólo un 8% de los trabajadores en Chile tiene poder de negociación, uno de los más bajos del mundo).